1) PROCESO DE DESOBSESIÓN
Para los Espíritus inferiores, la práctica del mal resulta de la propia ignorancia y de impureza de les crean, en los periespíritus, vibraciones densas y pesadas, verdaderos vestidos de sombras, constantemente surcadas de radiaciones malignas. Apoyados en corrientes de fuerzas afines, formadas por los innumerables componentes de sus legiones tenebrosas, adquieren ellos gran capacidad de efectuar el mal en todas las esferas donde su penetración no pueda ser impedida.
En el Umbral, vimos como André Luiz describe los medios, casi violentos, de contención de esos Espíritus; petardos magnéticos en la tierra etc-,¿más aquí que recursos tenemos para oponernos a la acción perniciosa de esas infelices entidades, considerándose que su número aumenta y que el adoctrinamiento clásico solamente pueda ser empleada en condiciones muy retringidas?
En realidad, nuestra mejor defensa personal está, como se sabe, en el uso de la oración,y,sobre todo, en la conducta recta y movilizada, por cuanto es cierto que el individuo suficientemente evangelizado y dedicado al bien se torna no inmune pero si resistente a los agentes del mal. Entre tanto, también es verdad que solamente una insignificante minoría se puede incluir en esa lista, en tanto que la mayor parte de los encarnados ofrece campo libre y propicio a la actuación de esas fuerza negativas. Por eso el número de perturbaciones aumenta de forma alarmante, tornándose un problema difícil para las Casas Espíritas de movimiento considerable, como por ejemplo, en la Federación que atiende a millares de perturbados todos los meses.
Sin duda que los Espíritus inferiores, cuando conscientemente dedicados al mal,son irreductibles en sus ideas, impermeables a los doctrinadores,rebeldes a cualquier orientación nueva, salvo cuando ya se saturan de maleficios e íntimamente ansían por un cambio espiritual.
Su organización, en los planos invisibles, es extensa y poderosa: Legiones disciplinadas y compactas, sometidas a jefes autoritarios, impiadoso y eficientes,que actúan activamente en la subcostra (su habitat natural) muy apropiadamente denominado "infierno",en el umbral inferior y en la esfera de los encarnados.
Infestan las sesiones de "macumba",animan las actividades de los hechiceros, hacen cerco a los locales de la umbanda y atacan las sesiones de verdadero Espiritismo cuando se encuentra mal orientadas o practicadas por personas ignorantes que desprecian las realizaciones fundamentales del Evangelio. Y, también en la vida común de las calles, de las sociedades, de los hogares y de los más diversos núcleos de actividades humanas, obcecando y perturbando de innumerables formas, a millares de personas.
Los procesos comúnmente empleados para contenerlos o neutralizar su acción, dejan mucho que desear, en la mayoría de los casos, por ser esos Espíritus, como ya dijimos rebeldes a los adoctrinadores y a consejos; por otro lado, como su actividad es cada día más intensa de eso resulta que las Casas Espíritas estén cada vez más preocupadas con el problema doloroso de las perturbaciones, que varían desde las simples molestias hasta la forma más graves y avanzadas de obsesiones.
Urge, por tanto, introducir en las prácticas espíritas procesos nuevos de trabajo, buscando combatir tales maleficios por el esclarecimiento y el auxilio espiritual al mayor número posible de necesitados en los dos planos.
A medida que el tiempo pasa y que nos vamos aproximando a los momentos decisivos de este período de transición, aumenta sobre nosotros la presión de esas fuerzas del mal como también ,como es natural, el esfuerzo de los buenos Espíritus que intentan, por todas las formas, prestarnos auxilio.
Siendo así, juzgamos poder sugerir, para todos los casos de perturbaciones, el siguiente proceso avanzado, que denominamos"Choque Anímico"(CH) y que representa un desdoblamiento, una especialización del trabajo de curas, por cuya aceptación, en el Espíritismo, venimos luchando hace tiempo.
2) PARTE PRÁCTICA
El grupo es formado con personas previamente seleccionadas( un mínimo de tres, además del aplicador; se sienta en semicírculos, colocándose el aplicador de espaldas a la corriente(foto 10).
Los enfermos son conducidos al grupo y mantenidos a una distancia de un metro (más o menos). El aplicador hace la captación (foto 8) y extiende su mano derecha con la palma sobre la cabeza del enfermo para polarizar las fuerzas de lo Alto ( foto 9), en tanto que los participantes de la corriente (sin darse la mano) proyectan para el corazón de los obsesores emisiones inmensas de amor, de paz, de equilibrio, en el corto período de un minuto.
En los casos más rebeldes, los miembros del grupo formarán una corriente, dándose las manos y trayendo a los enfermos, uno por uno, a la corriente, de la misma forma anterior.
3) MECANISMO
Este proceso permitirá asistir un número considerable de enfermos, sin dejar, entretanto, de atender a todos personalmente.
Para rematar diremos que es hecho conocido que los fluídos finos, purificados, poseen una vibración elevada, muy rápida y luminosa, dotada de gran poder de penetración e irradiación: esos fluídos desarticulan y eliminan las vibraciones bajas y pesadas de las mentes de los obsesores, como también, momentáneamente, procederán a una verdadera saturación de sus periespíritus.
André Luiz muestra siempre, en los casos de obsesiones, manchas fluídas oscuras, acumuladas en la camada superficial del cerebro, punto de elección, juntamente con el cerebelo, para el bombardeo de las fuerza malignas, que buscan cortar las ligaciones con el cerebro carnal, como comúnmente acontece en los casos de epilepsia.
Por otro lado, los fluídos, siendo dirigidos directamente al corazón del obsesor, provocan inteso choque anímico, emoción desconocida para Espíritus que solamente saben vibrar en escalas negativas e inferiores; es como un rayo de luz repentínamente proyectándose sobre una masa de sombra. Ese choque emocional poco a poco va alterando sentimientos, pensamientos y actos.
Aún mismo cuando los efectos sean momentáneos, repetición del proceso en sesiones continuadas producirá los resultados deseados de la cura o, por lo menos, de mejoría acentuada para los enfermos con la reducción de las actividades maléficas de los obsesores.
Cuanto más poderosa sea la corriente, en números y fuerza,y más evangelizados sus componentes, tanto más eficientes serán los resultados del trabajo.
Este proceso debe der ejecutado en combinación con los protectores espirituales del grupo y conviene que sea puesto en práctica poco a poco, a título experimental, debido ser la corriente constantemente revigorizada por medio de un intercambio de sus componentes.
Como ya dijimos, este es un proceso aplicado a la cura del enfermo con su pesencia, cuando su número, porque muy numerosa no permite el empleo de otro proceso más individual, como por ejemplo, la predicación clásica.