7) Parecer de Bezerra
Transcribimos seguidamente como ese trabajo fue descripto por el venerable Becerra de Meneses, en los primeros días de su inicio en la década de 1950.
"....La trascendencia del trabajo escapa a vuestro alcance, pues, a veces, no deseais vislumbrar más lejos, os acomodais en la condición de simples espectadores de los hechos.
Atraídos para tal realización de la siembra espíritualista, están a vuestro lado centenares de de grupos espirituales, orientados directamente en núcleos por Ismael, enviado de Jesús en el Brasil.
......Es imprescindible, pues, que en cada uno de vosotros haya la dedicación debida, para que podamos desenvolver paulatinamente este servicio, dándoles una mayor amplitud,que traerá, por cierto, consecuencias para vosotros y principalmente para el campo espiritual, donde las vibraciones serán aprovechadas al máximo.
Este trabajo de vibraciones se realiza en el espacio, de la siguiente forma:
Los necesitados son divididos en cuatro grupos distintos, a saber:
1er. Grupo---enfermos que sufren enfermedades graves
2do. Grupo---enfermos cuyos estados no presentan gravedad, mas requieren alivio inmediato.
3er. Grupo---enfermos afligidos por males psíquicos.
4to. Grupo ---hogares que demandan pacifica
ción y ajustes.
Para esos grupos son destacados cuatro compañeros que ejercen función de orientadores y que tienen a su cargo, conforme las exigencias del momento, dos, tres, o cuatro mil colaboradores.
Cada uno de esos orientadores recibe la lista de los hermanos a ser beneficiados y sus respectivas direcciones, los cuales son atendidos individualmente. Tenemos, entonces, como vemos, un amigo espiritual por cada necesitado.
A las 18 horas, esos millares de servidores espirituales ya están en sus puestos en el recinto, impregnando la propia atmósfera de elementos sutiles y bendiciones curadoras.
Después de las 19 horas, se inicia el ingreso de los hermanos encarnados y a la puerta de entrada es destacada para cada una de ellos, una entidad espiritual que lo acompaña hasta su lugar.
Al oírse la oración cantada es que consideramos el trabajo iniciado y, en el momento que vuestras almas se elevan junto a la melodía, caen sobre vosotros, en abundancia, elementos curativos y confortadores, que el hermano retiene en mayor o menor cantidad, conforme su receptividad.
Se inician, entonces, las vibraciones que poseen, como ya sabéis, color, perfume y densidad y que son recogidas en receptáculos distribuídos por el salón.
El amigo espiritual que os acompaña, establece con vosotros una corriente, manteniéndola en contacto mutuo y constante hasta los receptáculos que se van llenando e iluminándose rápidamente o no, consonante a la capacidad vibratoria de cada uno.
Enseguida, entran en acción los trabajadores de los cuatro grupos ya citados: ejerciendo su tarea de conformidad con la necesidad, retiran del receptáculo la cantidad de elemento que necesitan para sus tareas, según el grupo al que pertenecen.
Seguidamente, se apartan para el cumplimientto de sus obligaciones.
Entran después grandes grupos, formados de 600 a 800 amigos espirituales, para las vibraciones colectivas, durante las cuales vibran también con vosotros los hermanos desencarnados que os acompañan desde el inicio.
Lo que vemos, entoces, es un espectáculo grandioso; todo el ambiente se reviste de intesa luz, y la vibrar, vuestros pequeñitos corazones hacen en papel de reflectores y, entonces, iluminando y rasgando el espacio, vemos luces de las más variadas intensidades y tonalidades, y ese grupo de hermanos, con los brazos extendidos para vosotros, reciben el regalo cariñoso de vuestro corazón para ser llevados a los más distantantes sectores de la Tierra, mientras que al ser enumeradas las Fraternidades, ya de regreso de sus tareas, se perfilan los Espíritus a vuestro frente y os envuelven en la caricia del Amor Fraternal.
Por fin, cuando el Espíritu destacado para la exhortación evangélica cierra el trabajo, de esferas mas altas descienden sobre vosotros las bendiciones de Amor del Padre y, al retiraos, a pesar de mucho haber dado vuestros organismos físicos, retornado al lugar saturados de elementos revitalizadores en mucha mayor cantidad que aquella brindada por vosotros.
Todo esto, queridos hermanos, en el pequeño espacio de tiempo en que estáis con nosotros en ese trabajo dignificante que son las radiaciones.