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.Capítulo 28 HIGIENE DE LAS TRANSMISIONES

Capítulo 28 HIGIENE DE LAS TRANSMISIONES  En las curas por los pases, siendo éstos una transmisión de fluídos de un organismo para otro, se ...

martes, 30 de diciembre de 2025

.Capítulo 28 HIGIENE DE LAS TRANSMISIONES

Capítulo 28

HIGIENE DE LAS TRANSMISIONES


 En las curas por los pases, siendo éstos una transmisión de fluídos de un organismo para otro, se comprende perfectamente bien que es necesario que esos fluídos sean buenos, suaves, limpios, estimulantes y puros para que produzcan efectos saludables.
Refiriéndose a la preparación para los trabajos de efectos físicos he aquí, como André Luíz se manifiesta:
"Algunos encarnados, como habitualmente acontece, no tomaban en serio la responsabilidad del asunto y traían consigo emanaciones tóxicas oriundas de la nicotina, de la carne y aperitivos, además, de las formas de pensamientos menos adecuadas a la tarea que el grupo debía realizar".
Como se ve, ello demuestra que la carne es alimento tan tóxico y desaconsejable como el cigarrillo o el alcohol.
Y no se trata de una opinión personal, más, sí, de la indicación de efectos reales observados directamente desde el lado de allá, por un observador altamente capacitado.
Esto exige que los operadores encarnados, tanto como sea posible, tengan buena salud, sean sobrios en la alimentación,en el vestuario, en las costumbres y altamente moralizados; que eliminen vicios, eviten tóxicos, inclusive los provenientes de sus propios organismos y aprendan a dominar sus emociones, para evitar la pérdida inútil de energía fluídica, principalmente las del campo sexual, pues que, un sistema nervioso agotado o desequilibrado, impedirá la emisión y la libre movilización de fluídos curativos y llevará al operador a una condición de hipersensibilidad que lo expondrá a varios y serios riesgos.
Realmente, siempre que haya exceso de sensibilidad por parte del enfermo o del operador, habrá posibilidad más amplia de intercambio de fluídos buenos y malos, siendo común la transmisión de fluídos mórbidos del enfermo para el operador y viceversa. Este último, además de los fluídos de cura, transmitirá con los pases, toxinas orgánicas o medicamentosas y aún más, productos venidos de la esfera moral, de sus propias pasiones inferiores que por ventura, constituyan su natural tonalidad vibratoria.
Son muy comunes los casos de enfermos sometidos a pases dados por servidores sinceros y de buena voluntad que, todavía sienten, después de la aplicación, inexplicable aumento de sus males o el agregado de nuevos, acompañado de visible malestar que justamente, resulta de esas impurezas a las que nos referimos.    

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