Entrada destacada

Capítulo 7°- MOLESTIAS CURABLES Y NO CURABLES

Los hombres, en gran número, son enfermos y andan en busca de salud. Todos sufren sus males y se afanan por una cura que, en la mayoría de l...

jueves, 9 de octubre de 2025

Anecdotario

La esposa del entonces don Roberto Cano, conocido hacendado de Rojas, se hallaba enferma en Buenos Aires, grave al parecer. Como la misma era devota de Pancho Sierra, envió a su hijo mayor a que viera a don Pancho y le pidiera que fuera a verla o que la curara desde su casa. Apenas llegó el muchacho a la Estancia "El Porvenir", Sierra lo esperaba en la puerta de la casa y sin dejarle decir palabra le expresó;-Ahí tenés caballos frescos en el corral.Volvé enseguida a Buenos Aires. Tu madre no tiene nada. Van a morir antes los dos médicos que tiene allá. La que va a morir es tu hermana, y por ella ya no puedo hacer nada. Andá rápido, si querés ver sus últimos minutos. El hijo del señor Cano regresó con urgencia de Buenos Aires, pensando en lo que don Pancho le había dicho, extrañándole especialmente eso de que iba a morir su hermana que él había dejado bien de salud. A los pocos minutos de llegar a su casa en la ciudad falleció la muchacha. Su señora madre sanó y vivió años Sus médicos murieron nucho antes. "ESO TE PASA POR HEREJE" Un viejo vecino de Salto, de apellido Benítez, caminaba dificultosamante, con ayuda de muletas. Fue a verlo a Pancho Sierra, al que encontró en el patio de la estancia. Apenas se habia detenido el vehículo que viajaba Benítez, don Pacho le gritó que tirara las muletas y que se bajara. Obedeció y llegó caminando hasta Sierra, que le dió un vaso de agua y le dijo: !eso te pasa por hereje con los animales! !No los castigues, tirá esa cadena que tenías, dejá las muletas y andáte! Así lo hizo Benítez, y volvió a ser un hombre útil. "!TENGA CUIDADO!" Al capataz de la Cochería "La Unión" de Rojas, de don Servando J. Barruti, padre del actual don Servando,de nombre Julio Fernández, le tocó un día llevar a lo de Sierra a un enfermo que sólo se lo conocía por "el vasco". Lo acompañaba en el viaje Barruti hijo, que tenía entonces 10 años de edad.Cuando fueron de regreso a Rojas,Pancho Sierra le dijo aparte a Fernández -!Tené cuidado con el enfermo ese, porque al pasar por la plaza le va dar un ataque de locura y va a procurar abrazarte! Así ocurrió efectivamente:apenas enfrentaron la plaza, "el vasco" en un ataque de demencia abrazó a Fernández, que debió saltar del pescante para librarse de él, mientras los caballos perdieron el control, volcaron con el coche contra los paraísos de la plaza, arrojando al suelo a Servandito, que felizmente no se llevó más que el golpe y el susto imaginable. Con ayuda de la policía, cuya comisaría estaba a pocos metros, el enfermo fue encerrado. "AGARRÁ NOMÁS" Al rengo Doroteo, peón de don Alejandro Sierra, su patrón lo enviaba a menudo a "El Porvenir"a llevar o traer alguna cosa. En uno de esos viajes, al llegar a la orilla del campo de don Pancho, vió salir una avestruz de un matorral cercano a la huella,por lo que bajó en busca de huevos.Puso un lote de los mismos cerca de la huella, colocando un cardo seco de señal para guiarse al regreso y llevarlos.La estancia estaba lejos y nadie podía verlos. Don Pancho lo atendió cordialmente, como de costumbre,y al despedirlo la dijo:-!Ché, cuando necesités huevos, llevá nomás!!No precisás que los andés escondiendo ! Don Alejandro no consiguió en adelante que Doroteo fuera más a lo de don Pancho. "!AL RIO, EN JUNIO!" Cornelio Velazquez,salteño,vendedor ambulante, hacia dos años que estaba postrado en cama,tullido, cuando deshauciado del médico visitó a Pancho Sierra. Contrariamente a su costumbre, Sierra le aconsejó baños del río, que los hiciera tranquilo, que sanaría.Era el mes de junio y caían grandes heladas. Velazquez obedeció la orden y se bañaba en el río.La gente opinaba que se iba a morir,que era una locura hacer eso La predicción irrevocable de Pancho Sierra se cumplió.Velázquez se curó radicalmente y vivió muchos años.Una hermana del mismo vive actualmente en el cuartel 2°de nuestro pueblo. Tiene 86 años. "!SI NO LLORA....!" Una señora de Rojas tenía un chico de meses que lloraba casi de continuo. Como su esposo no creía en Pancho Sierra,nunca podía llevarlo a que lo viera. Llegó un día en que,aprovechando la ausencia del marido,llevó al niño a don Pancho.Este le dijo que si el niño lloraba a los quince días,moriría. Llegado este día, iba a cada momento a ver la cuna de su hijo, que se hallaba envuelta en silencio. Dos horas después del mediodía el niño falleció. "¿RECIÉN VENÍS?" La cura de don Martín Baztarrica, vecino de 9 de Julio,provincia de Buenos Aires, es una de las más conocidas.Padecía don Martín de un aneurisma al corazón,de diagnóstico incurable. Los médicos lo habían desahuciado.Su vecino Justo Inlecheti le dijo un día que había soñado que si iba a lo de Sierra se curaría.Baztarrica se negó a ir.Tres semanas después volvió a visitarlo Inlecheti, que habia soñado nuevamente. Baztarrica estaba más grave aún y, acompañado de su esposa y de su amigo, emprendió en coche el viaje a lo de Pancho Sierra. Viajaba casi acostado en el coche.A intervalos empezó el enfermo a ser invadido por una extraña mejoría. En un hotel de Chivilcoy, donde hicieron noche, notaron al amanecer que el enfermo tenía más furzas y no sentía el viaje. Pancho Sierra lo recibió con estas palabras:-¿Recién venís? Hace un mes que te he llamado.De a pié podías haber venido....Había transcurrido exactamente un mes desde que Incheleti tuviera su sueño. Don Pancho le dio una copa de leche y le pronosticó que en dos años sanaría totalmente. Así ocurrió en realidad. Vivió bien 23 años más, falleciendo en 1904 de otra enfermedad. Sierra lo había atendido en 1881. "!NO TE BAJES!" Doña Casimira Fernández de García, muchos años después que Pancho Sierra viviera en su casa de Rojas, cargada de edad, se hallaba enferma. Su famila tenia un criado moreno,cuya principal misión era entonces ir a buscar agua para doña Casimira a lo de Sierra. Iba siempre a buscarla a caballo,usando dos chifles(frascos hechos con asta), que tapaba con el cuero de oveja que cubría el recado. Estos chifles tenían tapa de madera unidas por un cordón. Un día al llegar a lo de don Pancho,éste le gritó -!No te bajes que has perdido las tapas de los chifles, y si no las encontrás va a morir la enferma!El moreno levantó el cuero de oveja, viendo con sorpresa que efectivamente era cierto que los chifles no tenían tapas. Desanduvo el camino y no halló por ningún lado las tapas perdidas. La enferma murió al día siguiente. Doña Casimira Fernández de García era abuela materna de nuestro actual convecino don Servando Barriti, quien nos refiere el hecho NO CREÍA EN SANTOS Otro gran detalle que desconocen los biógrafos de Pancho Sierra es su incredulidad en los santos.De ellos tenemos pruebas irrefutables: Como centenares de personas llegaron a Rojas para visitarlo en su estancia, las cocherías tenían abundante trabajo para llevar a los viajeros hasta ellas. Una de estas cocherías hizo imprimir una tarjetas que decía: "Cochería La Unión",de Servando J. Barruti. Viajes especiales a lo de Francisco Sierra" Apenas aparecieron estas tarjetas, Sierra le manifestó al Sr. Barruti que debía cambiar ese texto, que Francisco eran los santos:"Yo soy Pancho"......Demás está decir que se hizo la modificación señalada y las tarjetas dijeron en adelante:"Viajes especiales a lo de Pancho Sierra". Estas tarjetas mudaban de mano en mano,pues servían de guía en puntos lejanos para la venida de otras personas. "!......YA ES TARDE!" Conversaba Pancho Sierra aquel día con el señor Juan Manuel Montes, en "El Porvenir". Serían las 4 de la tarde - Me traen un enfermo por el camino, pero ya es tarde, va a morir anes de llegar. El señor Montes miró la huella que llegaba a la estancia y no vió a nadie en todo lo que abarcaba la vista. Don Pancho le aclaró: -El coche viene como a una legua. Siguieron la charla....Rato después hacía su distante aparición un coche;viajaban en el mismo un hombre enfermo,joven, acompañado de sus padres. Doscientos metros antes de llegar, una fuerte descompostura sacudió al paciente. Detuvieron el coche en el camino para atenderlo y una mujer bajó corriendo hacia la casa de don Pancho en busca de auxilio. Sierra y Montes salieron a su encuentro, al tiempo que el primero decía a la señora:-!Es tarde; tu hijo ha muerto! Así lo comprobaron al llegar los tres al vehículo:el joven había muerto apenas bajó del coche la señora. !SE CONVENCIÓ, ENTONCES! Un vivo de aquellos tiempos se reía de la gente que creía en Pancho Sierra, y aprovechando que un amigo iba a visitarlo a la "Estancia El Porvenir", lo acompañó y le propuso poner a prueba la capacidad de Sierra, haciéndose pasar él por enfermo y su amigo por simple acompañante, o sea, al revés de lo que ocurría, para ver si don Pancho sabía tanto. Así lo hicieron. Pancho Sierra los atendió tranquilamente y le dió a cada uno un vaso de agua. No habian hecho una legua en el viaje de regreso,cuando el que había ido sano se sintió mal, presa de fuertes dolores, pidiéndole al enfermo que lo llevara de vuelta a ver a Sierra. Don Pancho volvió a atenderlos, con su habitual afabilidad y dió nuevamente un vaso de agua al que ahora se sentía enfermo, limitándose a decirle: -Tomá. !Eso te pasa por hablar de lo que no sabés! Pocos minutos después se hallaba totalmente repuesto. Sanó también el que había estado enfermo. Ni uno ni otro le mintieron más a Pancho Sierra. ETERNA ROMERÍA Estos hechos formidables, que superan cuanto haya ocurrido en cualquier tiempo, apasionaron a la gente. Día a día llegaba más público a verlo,de todo el país y algunos del extranjero. A mediodía, cuando en Rojas se cruzaban los trenes de"adentro y de afuera", del ramal Pergamino-Junín, los cocheros debían movilizar todos sus vehículos para llevar la gente a lo de Sierra. Como el viaje era largo(7 leguas) ataban cuatro caballos a cada coche. Era todo un espectáculo ver el ir y venir de los esperanzados por la agreste llanura de entonces, salpicada de matas,de paja brava,cardos ,vacas y avestruces. NO DEJO AUTÓGRAFOS Pancho Sierra evitó siempre la existencia de algo escrito de su puño y letra. En balde intentaron muchas personas obtener un autógrafo de él. Sus parientes don Juan A. y don Julio Sierra habían intentado muchas veces obtener un manucrito de don Pancho. En una ocasión, en vísperas electorales,le enviaron un jinete con una carta que le pedían colaboración política,requiriéndole contestación inmediata. Pensaban que al ponerlo en ese aprieto, Sierra, que era contrario a la política, les contestaría negándole su apoyo y así tendrían algo escrito por él. Pancho Sierra les envió la respuesta escrita en la cáscara de un huevo de avestruz, poniéndoles así en la alternativa de perder en poco tiempo el autógrafo, ya que si dejaban el huevo entero se iba a descomponer en pocos meses,y si lo vaciaban la decoloración de la cáscara borraría igualmente las escrituras. EL VALIOSO ALTILLO Ocurrió esto último. Uno de los misterios que más llamaban la atención en la vida de Pancho Sierra era el citado altillo de su casa, al que nadie subía excepto él.Sólo se conoce una persona que vió el interior de ese templo en vida de Pancho Sierra. Se llama don Fernando Barruti y vive ahora en la calle Sarmiento de nuestro pueblo. Tenía entonces sólo diez años de edad, y en uno de sus diarios viajes a lo de Sierra en los coches de su señor padre osó subir al altillo. Nos contó que en ese cuarto nada se veía, ni el menor mueble ni otro objeto notable. "!Se enojó mucho el viejo y me retó por haber hecho eso!", nos cuenta don Servando. S

No hay comentarios:

Publicar un comentario