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miércoles, 7 de agosto de 2013

"El Proyecto Nacional - Mi testamento político" Juan Perón - 2ª Parte: LA POLÍTICA EXTERIOR

LA POLÍTICA EXTERIOR 

La paz mundial y la felicidad de los pueblos deberán constituir los objetivos esenciales en la conducción de la política exterior argentina. Una paz que para nuestro país se sustente en la plena vigencia de la soberanía política, de la justicia social y de la independencia económica.
La confraternidad con todos los pueblos del mundo, el respeto absoluto a su autodeterminación y la igualdad jurídico-política de los Estados, deben ganar nuestro accionar.
Desde el momento en que una Nación sólo ha de cumplir su vocación de destino si el pueblo que la determina se realiza como tal, la política exterior argentina tiene en esto su principal fundamento.
Argentina se incorpora decididamente al desafío de los tiempos, y con su sentido de humildad y de grandeza logrará que su voz sea escuchada y contestada en el ámbito de las decisiones internacionales.
El año 2000 presentará a la humanidad actuando en un dilema internacional sobre la base de un equilibrio pluripolar, y a nuestro país, en particular, en su condición de Argentina Potencia, habiendo sobrepasado en continentalización política de América Latina y en plena participación con el resto de los países del mundo.
Sobre la base de una política de paz y de cumplimiento estricto de los compromisos internacionales, considero que la política exterior argentina debe encauzarse a través de los siguientes lineamientos generales: 

  1. Respeto de la soberanía de los Estados, autodeterminación de los pueblos y el pluralismo ideológico, exigiendo su correspondiente reciprocidad.
  2. Intensificación de las relaciones con todos los países del mundo sin excepciones ideológicas, económicas o políticas.
  3. Vigencia plena de la Tercera Posición en un ámbito de recíproca solidaridad con los pueblos que aspiran a su liberación.
  4. Estrecha asociación y comunidad de esfuerzos, en especial con los países que conforman el Tercer Mundo y colateralmente con todos aquéllos que conciban y respeten nuestros principios básicos sobre convivencia universal.
  5. Defensa sistemática de los recursos naturales, científicos y técnicos, en el marco mundial, dentro de un ámbito de recíproca colaboración de esfuerzos y de utilización de los resultados.
  6. Conducción de una política exterior auténticamente fundada en las grandes coincidencias nacionales, al servicio de nuestro pueblo, único protagonista y destinatario de la misma.
Tales objetivos, exigen un Servicio Exterior altamente capacitado para el cumplimiento de su función específica, tanto desde el punto de vista ideológico como técnico-profesional y cuyos únicos objetivos radican en la preservación y grandeza de la Patria.
La Hora de los Pueblos está definitivamente en marcha. La Tercera Posición sustenta nuestro accionar. El Tercer Mundo, constituye una realidad irrefutable.
Debemos recuperar la iniciativa que tuviéramos hace tres décadas como pioneros de una nueva mentalidad mundial.
Con tal propósito tenemos que transformar nuestro estado de conciencia en acción deliberada y, con ello, concretar el pensamiento universalista que nos anima.

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